Casualmente, ayer por la tarde escuché una conversación de un grupo de jóvenes en una cafetería. Hablaban del intrusismo profesional en el terreno periodístico. Y es que, en nuestro país, hay muchas personas que se ganan la vida trabajando en diversos medios de comunicación “que no tienen ni la ESO”, comentaba uno de los chicos.
“¿Dónde están los periodistas?”, se preguntaban. El asunto es un tanto preocupante. Tengo la sensación de que la gente no trata ni conoce a profesionales de la información, porque en muchos medios de comunicación locales no trabajan periodistas, sino personas que un día comenzaron a trabajar allí como quien trabaja en cualquier otro oficio. Da igual, todo el mundo sabe (o aprende rápido) a hacer "periodismo".
A nivel nacional, la gente nos equipara y nos asocia a personajes que ejercen de comentaristas en los magazines y programas de cotilleo. Existe una gran diferencia entre ellos y nosotros: ni son periodistas, ni ganan sueldos míseros. Más bien son colaboradores de lujo que se pueden permitir, incluso, la compra de un chalet en la sierra madrileña.
Además, a los jóvenes periodistas no se les da oportunidades. Y a quién se le da, es enchufado y con un sueldo bastante discreto, a cambio de muchas horas de trabajo. Sé que me estoy repitiendo, que todo esto ya está muy visto, que todos sabemos lo mal que está el periodismo, pero que le vamos a hacer, es lo que toca. Es la triste realidad.
A nivel nacional, la gente nos equipara y nos asocia a personajes que ejercen de comentaristas en los magazines y programas de cotilleo. Existe una gran diferencia entre ellos y nosotros: ni son periodistas, ni ganan sueldos míseros. Más bien son colaboradores de lujo que se pueden permitir, incluso, la compra de un chalet en la sierra madrileña.
Además, a los jóvenes periodistas no se les da oportunidades. Y a quién se le da, es enchufado y con un sueldo bastante discreto, a cambio de muchas horas de trabajo. Sé que me estoy repitiendo, que todo esto ya está muy visto, que todos sabemos lo mal que está el periodismo, pero que le vamos a hacer, es lo que toca. Es la triste realidad.