Ya está todo preparado para vivir los comicios americanos. Después de casi un año de prolegómenos para celebrar estas elecciones históricas, ha llegado la fecha clave: el cuatro de noviembre.
Ahora sí tendremos la oportunidad de ver, y no visualizar con nuestra imaginación, el momento en el que un afroamericano o un ex prisionero de guerra, se dirija al mundo como vencedor. El elegido será quien conduzca los designios del país más poderoso del planeta y consecuentemente, influya en el resto de lugares que pueblan la tierra.
Los estadounidenses tienen mañana la última palabra, la llave de la casa blanca, la decisión final. Los medios de comunicación prevén una participación algo más elevada que otros años, y no es para menos, con la expectación que se ha creado en está ocasión. El elegido se convertirá en el 44º presidente de la historia de los Estados Unidos de América.
Tras ocho años de mandato de George W. Bush, los demócratas se muestran convencidos de que ha llegado su hora, después de reconquistar el Congreso en 2006, y acuden a la cita decisiva con un candidato histórico, Barack Obama.
Por su parte, los republicanos han escogido a John McCain, un rebelde enemistado con Bush durante años y promotor de iniciativas sobre tortura o inmigración que nunca contaron con el respaldo de las 'vacas sagradas' del partido.
Sea como sea, el ganador tomará posesión de su cargo el 20 de enero de 2009, y tendrá que empezar a cumplir sus promesas electorales.
Fuente y fotografía: elmundo.es
